¿En qué consiste? La falta de hermeticidad en los edificios provoca infiltraciones de aire que aumentan la demanda de calefacción en invierno y la de refrigeración en verano. Para obtener edificios herméticos es necesario crear una barrera de hermeticidad continua en el edificio que impida que se produzcan infiltraciones de aire no deseadas en el interior.
¿Cómo se consigue? Esto se consigue estudiando y resolviendo en detalle los encuentros como la instalación de ventanas, encuentro fachada – cubierta, fachada – cimentación, etc. y cobra una gran importancia una correcta planificación para que se ejecute correctamente en obra. En edificios bajo estándar Passivhaus la hermeticidad se mide de forma empírica mediante un test de hermeticidad o test blowerdoor. El valor máximo de infiltraciones no controladas en un edificio bajo estándar Passivhaus no puede superar el valor n50≤0,6/h de forma que el usuario final tenga la garantía de que se ha realizado correctamente.
¿Qué ventajas tiene? – aumentamos el nivel de confort para los usuarios al eliminar las corrientes de aire que crean las infiltraciones (por ej: cuando ponemos la mano cerca de una ventana, enchufe, etc.) – eliminamos las patologías que se producen debido a las infiltraciones de aire a través de los elementos constructivos. – reducimos enormemente la demanda de energía del edificio. – mejoramos la protección acústica del edificio, evitando la entrada de ruido. Los edificios no deben respirar a través de infiltraciones descontroladas, sino a través de un sistema de ventilación mecánica con recuperador de calor que garantiza la entrada controlada de aire limpio, filtrado y atemperado con el caudal necesario en cada estancia y de una forma muy eficiente.